LA MARCHA FINAL


“En la culminación de la huelga de hambre se hace el anuncio de una marcha a San Miguel de Tucumán para el día 12 de marzo.
El comunicado decía que el pueblo de Bella Vista iba a marchar sobre Tucumán con hombres, mujeres y niños, precedida la marcha por una gran bandera nacional como símbolo de la patria que se quería y de la cual iba a participar todo el pueblo.
El día 2 de marzo se realiza el anuncio que la marcha se concretaría y que se la realizaría a pie.
En esos días también, se realiza una nota periodística sobre el ausentismo escolar en las escuelas primarias y secundarias por el problema del cierre del ingenio. Como consecuencia de esto, el concejo de Educación de la Provincia saca una exhortación a los padres de los alumnos para que envíen a sus hijos a clases. La Comisión Pro-Defensa da una respuesta a esto diciendo que el pueblo de Bella Vista no estaba dispuesto a seguir la suerte de los pueblos tucumanos que habían quedado sin fuente de trabajo y frente a lo cual el único programa que tenía el gobierno era el éxodo, es decir que la gente abandone su hogar.

La marcha de obreros y vecinos de Bella Vista finalmente se lleva a cabo el día jueves 27 de marzo. La marcha llega hasta el primer puente de García Fernández (localidad distante a 10 Km) debido a que al llegar a ese lugar se encontró con la policía que habían cerrado el puente, y quienes tenían orden específica de dejar sin efecto la marcha y comunicar que se comenzaría a negociar la continuidad del ingenio.


La lucha del pueblo de Bella Vista, fue muy seguida y acompañada por todo Tucumán, debido a que fue una lucha muy pacifica sin actos de violencia. La población en general lo veía como un movimiento para solucionar un problema y no tanto para causar uno mayor. Toda la lucha de la comisión fue muy acompañada.
La marcha a pie es lo que da lugar al encarrilamiento de la situación.”
Dr. Manuel Valeros
“Marcelo Ledesma, Valero, Atilio y otros de la Pro Defensa viajaron a San Miguel a pedir una entrevista con el Gobernador de facto del momento de Onganía. Los que nos habíamos quedado en Bella vista, nos congregamos en la Iglesia esperando noticias, los encargados de difundir la información eran Totin Muro, Ramón Araoz, y otros seguidores que con un equipo de alto parlante, comunicaron que el gobernador no quería darles la entrevista, ni siquiera les permitía entrar en Casa de Gobierno. Entonces decidimos comenzar a tocar las campanas de la Iglesia, (ese era un símbolo, un llamado para convocar al pueblo en frente de la Iglesia) y también por parlante se invitaba a la gente. Creo que en menos de 40 minutos ya había cerca de 200 personas o más.

Surgió la propuesta de marchar a Tucumán a pie… eso hicimos, claro que hubo algunos obstáculos, como cuando nos movilizamos por frente de la Comisaría del pueblo y los policías pretendían detener la marcha, sin éxito por supuesto porque nosotros seguimos caminado.
Para cuando llegamos a la zona que hoy le llaman “EL Cruce” ahí estaban haciendo un pequeño acto y los que del mismo participaban, sorprendidos por la cantidad de gente que íbamos marchando nos preguntaban a dónde íbamos y por qué, yo les expliqué los motivos y nos brindaron todo su apoyo. De repente vemos acercarse dos autos de la Policía Federal, se bajaron y pidieron hablar con quien estaba al frente de la marcha, le contesté que éramos todos, el pueblo entero (que a todo esto y mientras avanzábamos cientos de personas se sumaban y fácilmente allí ya éramos como 1.000 personas encolumnadas). Los policías nos pedían que ya no avancemos más porque ellos tenían órdenes de represión, y no era su intensión lastimar a nadie.
Mientras hablamos unos compañeros ven un tren que se asomaba y rápido consiguieron un tronco de palmera para atravesarlo e impedir el paso del tren. El maquinista no dudo en arrasar con todo, aun habiendo mujeres y niños y dentro del tren los pasajeros!...

La policía sólo miraba y yo seguí insistiendo que tampoco teníamos intensiones de armar disturbios, solo defendíamos nuestra única fuente de trabajo y necesitábamos ser escuchados, que todos sepan la terrible situación que atravesaba nuestro pueblo y su gente.


Mientras hablaba con el Oficial, le avisaron que tenía una llamada. Ahí nos avisa que debíamos disolver la marcha porque el gobernador estaba recibiendo a la Comisión Pro Defensa; acordamos con los oficiales que solo acamparíamos allí hasta que nos reencontremos con nuestros compañeros – ya no cortaríamos el paso a nadie.-
Como anécdota, le cuento que nuestra gente, no tuvo la mejor idea que aprovechar la tierra acumulada en los patrulleros y escribir “Salvemos a Bella vista”.
Fue muy importante esa marcha, imagínense que toda gente que por allí pasaba caminado o en vehículos o hasta los curiosos nos preguntaban que hacíamos y cuando les contábamos decidían quedarse allí para apoyarnos en la lucha. Pasaron cerca de dos horas cuando vimos que se aproximaban los vehículos en los que habían viajado los dirigentes nuestros, se bajaron y el Doctor Valero subió a un remolque que habíamos llevado, -sin saber si serviría de algo- y a modo de pequeño escenario el Doctor y los otros integrantes anunciaron las novedades, el Gobernador se había puesto a disposición del pueblo para buscar una solución a través de créditos desde la Caja Popular de Ahorros.
Emprendimos la vuelta esperanzados, y el tipo cumplió… luego de un tiempo, pero cumplió.


“Cuando se organiza la gran marcha de todo el pueblo de Bella Vista rumbo a la capital, había que tener mucho cuidado de que no ingrese gente extraña al movimiento, porque existían aquellos que proponían determinadas cosas a las que nosotros no estábamos de acuerdo, entonces había piquetes de compañeros que cuidaban ese detalle, cuando veían a alguien desconocido en la manifestación, lo sacaban afuera sin excepción, para que las cosas se hagan bien, porque había infiltrados del mismo gobierno.
Recuerdo que en esa marcha, todos éramos una sola familia, la marcha era unánime, todo en orden hasta que llegamos a García Fernández y la policía había bloqueado el puente.
Cuando nos comunican que nuestra lucha no había sido en vano y que la Caja Popular de Ahorros iba a financiar nuestra cosecha, para mí fue una gran satisfacción, porque yo tenía tres hijos para alimentar y no sabía cómo hacerlo si el ingenio se cerraba, fue una gran alegría porque nos había costado mucho, muchas lagrimas…
Todo fué una cosa muy bien organizada, sin cometer ningún tipo de locura.”Francisco Toto Alderete